jueves, 10 de abril de 2014

El Laberinto Mágico. Un juego infantil para los pequeños y también para los grandes.


EL LABERINTO MÁGICO




En el laberinto del brujo, cuatro aprendices tienen que conseguir cinco elementos para conseguir llegar a ser hechiceros, pero cuidado, el laberinto mágico tiene sus secretos.




NºJugadores: 2-4

Tiempo de juego: 20 minutos

Autor: Dirk Baumann

Editorial: Devir

Empaquetado: este empaquetado es especialísimo, ya que la caja misma en parte del juego, así que consideraremos que tenemos 0% de aire. Todo cabe, sin faltar ni sobrar. Perfectísima. Ahora sí, más te vale cuidar muy mucho la caja de este juego.

En este juego infantil interpretamos a cuatro aprendices de mago que buscan hacerse con los hechizos más potentes. El gran mago ha escondido los hechizos en su laberinto mágico, el cual tiene paredes invisibles. Para llegar a los hechizos, tendremos que recordar el camino y movernos con cautela, porque a la más mínima, volveremos a la casilla de salida. El aprendiz que consiga cinco hechizos será el ganador.



Laberinto mágico
¿Reutilizar imágenes? ¿Quién reutiliza imágenes?
El juego consta de 4 peones con un imán bastante potente en su base. Las piezas (al ser un juego infantil) son tremendamente grandes y resistentes. El tablero es de cartón normal, pero lo “mágico” es lo que está debajo. Debajo tenemos una trama en la que habremos colocado previamente unos muros de madera. La trama es de cartón y cuidado al destroquelar todos los agujeros que puede que perdáis algún trocito de papel por el camino. Cuando colocamos los muros de madera (siguiendo unas reglas muy básicas), colocamos encima el tablero, quedando invisible a nuestros ojos. Los peones magnéticos lleva debajo del tablero una bola, por lo que cuando choquen contra un muro de madera, la bola saldrá rodando hasta la casilla de inicio del jugador que esté más cerca de esa zona.

El juego contiene además un dadito de madera (un dado de seis caras, pero tiene un 1, dos 2, dos 3 y un 4) y un saquito para guardar las fichas de conjuro y escogerlas al azar.

Este juego hará las delicias de los pequeños, por descontado, pero lo más importante es que hará las delicias de los papás. Hay otros juegos infantiles donde el padre queda de mero espectador del desarrollo mental de su hijo… y ya. Este suele ser casi todo el disfrute que tiene. Pero luego viene este juego y les hace ver que hay grandísimos juegos para compartir con tu hijo. Es este uno de esos juegos que han conseguido encantar a adultos, niños y viejos (¿seguramente?).



Sinceramente… no se nos ocurre demasiadas cosas malas del juego. Tiene alguna cosa al ser un juego infantil. El dado que lanzas para moverte limita tus movimientos, y a veces es un poco incordio tirar el dado para moverte y que salga un uno y no llegues por tan poquito a una ficha que tenías tan cerca. Otra cosita podría ser que al salir los hechizos al azar de un saquito, puede que caigan beneficiando muy mucho a un jugador. No es común… pero pasa. Sobre todo al romper los empates.

Pero es que el juego ofrece mucho más (estamos hablando de un juego infantil, no se os olvide, es decir, no es un Twilight Struggle ni nada parecido) que sólo ganar. Los nervios cuando mueves tu ficha, la frustración cuando oyes ese “POMP” y la bola rodar, y las ganas de volver a intentarlo en cada turno.

Perfecto para familias. Sin duda uno de los grandes para cuando se tiene esa familia “ideal” con dos hijos. Pero también para noches de dobles parejas, para grandes familias de cuatro hermano, para personas que han enseñado a jugar a juegos de mesa al perro… vamos, para todos MENOS aquellos que no disfrutan de los juegos porque son “infantiles” y no ofrecen muchas opciones. Y no os preocupéis, el tablero es modular, así que siempre queda hueco para la “rejugabilidad”.



Es decir, este juego es para jugar con una pareja casi más especial.

Algo de lo que no nos habíamos dado cuenta hasta jugar con los  más pequeños de la biblioteca es su facilidad para hacer trampas a este juego, ya que el huequito por donde cae la bola les pilla a algunos a la altura de los ojos y ven los muros.

Un juego que debe estar en todas las estanterías, más aún si hay niños, y no tan niños. Es perfecto para las peques, y los adultos no se aburren como puede ocurrir con otros juegos para niños. Un casi imprescindible en cualquier ludoteca. Perfecto para niños, para adultos y para cualquiera que alucine con los imanes. Es un deletie jugar con esto, y nadie queda impávido ante la mecánica.

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