ELDRITCH HORROR
Encontré a Fowles en una institución para enfermos mentales. Había dementes balbuceando y delirando a nuestro alrededor mientras señalaba un símbolo en la agrietada piedra de la imagen.
—Fowles, tú hiciste esta foto.
No respondió.
—Esto era un sello. Lo vi hace tres meses y estaba intacto.
Impaciente e inseguro de si estaba escuchando mis preguntas siquiera, cogí a Fowles por los hombros.
—¿Qué ocurrió? —le pregunté, y aunque Fowles seguía sin responder, todos los lunáticos de la sala comenzaron a entonar un cántico al unísono de forma enfermiza. Repetían el mismo mensaje que oí por primera vez en Bombay: la oscuridad está cerca.